Entra en la habitación, la princesa de un cuento triste,
desilusionada porque sus sueños no se cumplieron,
mira al suelo, teme hablar, teme pasar la noche lejos de casa
alejada de sus padres, aquellos de los que no se separo jamás.
Lejos de todos sus seres queridos, de los pocos que aun creía amigos,
desconfiaba de todo lo que rodeaba,
diez años, quizás menos, pero no más.. En las puertas de un infierno personal,
ella misma lo creo, ahora teme sus propios sueños, sus manías..
Recuerda cada día de sus miedos, todos y cada uno de ellos,
recuerda el odio.. el que jamás pudo sentir pero sin embargo
torturan su corazón, ¿si no podría ser feliz que más daba todo?
Con corta edad sufrió millones de heridas que la destrozaron,
nadie supo apoyarla cuando llegaba del colegio con sus cicatrices,
con el miedo de salir a la calle. En su diario escribe lo mismo una y otra vez.
Felicidadtristeza. Todo le dejo de importar, problemas a caso trajo,
se creo entre hadas que le pedían evasión.
Hoy las nubes y sus hadas lloran, ella con quince años todas las secuelas salen a la luz, abandono estudios, teme entrar en una clase, se siente desprotegida
oculta tras su imagen, en silencio, no llora, no duerme, simplemente se siente triste, pero nadie sabe, nadie la escucha, frente a la puerta de su colegio, aquel horrible edificio,
fumándose un cigarrillo, su cuerpo arde,
muere por dentro, por fuera ya no la de antes...
Alejada del mundo hoy sus cuadernos por el suelo de una habitación duermen,
descansan, nadie los leyó jamás, nadie la ayudo jamás.
Su rabia creció, se sintió tan abandonada..
Jamás confió en el amor, tampoco volvió a hablar con sus padres,
aun les echa la culpa.. En ese callejón oscuro con sangre y fuego graba su final.
